De la Noche a la Mañana.
(primera parte)
De repente un aire frio corrió por todo el lugar, como si el ambiente predijera que algo malo pasaría, la noche amenazaba con ser la más oscura del año y todo parecía irradiar una extraña aroma que despertaba curiosidad… fue en ese momento, cuando descubrí que estaba encerrado, que estaba atrapado en ese lúgubre lugar, caminaba de un lado a otro tratando de encontrar una salida, pero parecía que estaba entre puras paredes sin ningún indicio de una puerta, ventana o salida por la cual poder escapar, la desesperación y el nerviosismo corría por mis venas, por un momento sentí que las paredes se encogían y el techo del lugar se me venía abajo, y pensaba y pensaba pues era lo único que mi instinto me dejaba hacer, y… ¡no tenía ni la más remota idea, de cómo había terminado allí!, con la escasa luz que quedaba en el cuarto, que penetraba gracias a un pequeño hoyo que tenía el techo, pude ver la silueta de la noche, que se aproximaba hacia mí, pude ver los últimos rayos de luz anaranjada que esparcía el sol, y por un momento perdí la razón… si esa pequeña luz se extinguía ¿Cómo vería? Era inaudito, nunca había apreciado tanto los últimos rayos de luz, pero en este momento, no me quedaba nada más que pedirle al Señor que no me los quitara, o que retrasara su partida, y comencé a rezar mientras mis ojos se concentraban en buscar esa salida que mi mente pedía a gritos… y súbitamente escuche un susurro, un susurro que provenía del otro lado de la pared, un susurro que pronunciaba una especie de oración o un rezo, pero definitivamente en otra lengua que no podía entender, el susurro cada vez se acercaba más y más hacia mí, y mi piel comenzó a enchinarse del miedo, el ruido de esas extrañas oraciones cada vez se acercaban más y comencé instintivamente a caminar hacia atrás, como si pudiera escaparme del lugar, lo cual era imposible debido a mi encierro; derrepente tropiezo con algo, una especie de banca que estaba en el centro del cuarto, y tenía en medio una vela, una vela cuyo color no pude apreciar, puesto que la luz del sol se había extinguido completamente y estaba ante la total oscuridad de la noche. ¡Tenía un vela!, esa podría ser el comienzo de una inédita solución a esta extraña pesadilla, pero ¿con que la encendería?, me puse de rodillas y comencé a tantear con las palmas de mis manos en el suelo, para ver si podía encontrar algo, que me diera algún indicio de un cerillo o un encendedor y ¡casi lo había olvidado!, yo llevaba un encendedor gracias a mi viejo vicio del tabaco, en un suspiro de alivio al encontrar que este objeto seguía en la bolsa lateral de mi pantalón, encendí la vela y… pude ver el lugar donde me encontraba, estaba en una especie de sótano, un lugar tenebroso con inscripciones en las paredes, inscritas en algún idioma desconocido para mi, y alrededor, más velas colocadas en cinco puntos cardinales alrededor del cuarto, y me preguntaba cómo pude haber llegado ahí, como…, encendí las demás velas, tratando de entender lo que hacía, pero era imposible entender lo que estaba viviendo. Y los rezos, se multiplicaban alrededor de mí, como si me rodearan, no pude contener la frustración que esto causaba en mí y comencé a gritar, con la falsa esperanza de que alguien pudiera escuchar mis alaridos, pero no fue así, no conseguí respuesta alguna después de estar gritando tanto tiempo, pero mi ofuscación me había impedido mirar al suelo y ver aquellas inscripciones que habían allí… en una especie de castellano antiguo, decían “El sendero de la oscuridad desaparece de la Noche a la Mañana”, ¿Qué querían decir esas palabras?, que significaba el Sendero de la oscuridad?, sin duda no había comprendido que esa, habría de ser, la peor noche de mi vida…
por: CJEP

Una pequeña historia de intriga, que tendra tres entregas...
ResponderEliminarespero que les guste, es la primera publicacion de un cuento de intriga.
espero sus comentarios...