Sueño de una pasión morena
Muchos suelen tener esa clase de sueños en que derrepente o súbitamente se hacen realidad; quizás inexplicablemente para algunos pero completamente absurdo para otros, y esto fue lo que me sucedió…
Y tuve un sueño, eran casi las 3 de la mañana, en una de esas espeluznantes noches, donde el mas mínimo zumbido de un mosquito revoloteando en primavera, puede llegar a despertarte, o que derrepente todo te molesta, el abanico te da demasiado frio pero si lo apagas sudas, y la luz de la calle ¡quién demonios la inventó!, para que tenerla encendida a las 3am y peor aun si esa luz ilumina no solo tu calle sino también la almohada de tu cama, en fin, uno de esos míticos días en que hasta un simple vaso con agua, te hace procesar todo un galón yendo mas de tres veces por hora al baño; y mientras todo esto acontecía, místicamente en un arrebato de cansancio o tal vez desesperación me dormí…
Y ahí estaba yo en una especie de isla caribeña quizá Jamaica o puerto rico, y entre las luz de la noche, la vi pasar, con ese tumbao que tienen las morenas al caminar, su piel irradiaba un brillo celestial bañado con el más perfecto bronceado que se haya visto alguna vez, su cabello se meneaba de lado a lado al ritmo de sus pasos, con unos risos perfecto estilo pantene; y con un cuerpo que ni Miguel Ángel hubiese podido imitar en el mejor de sus cuadros; por un momento me sentí perdido y absorto en su naturaleza inhóspita, en su cabello rizado, en sus curvas perfectas y en su sonrisa tímida e incierta como la de la Monalisa, caminaba hacia mí, con unos pasos magistrales como si mi mente hubiese captado todo y ahora me pasara las mismas imágenes pero en cámara lenta; por alguna extraña razón, estaba tendido en medio de la calle, viéndola pasar y dirigiéndose hacia a mí, mis pies yacían pegados al suelo, quería ir desesperadamente hacia ella, pero no podía, algo me lo impedía y el desafortunado efecto “de rebobinado” de mi cabeza, hacia las cosas extremadamente lentas, había música a todo mi alrededor y gente gritando carca de mí como si fuera el gran ganador de un concurso; para no exagerar este extrafalario sueño describiendo imágenes de cómo una exuberante morena se aproximaba a mí, terminaré el extraño y bello sueño (que al menos en este todo fue perfecto), diciendo que al llegar hasta donde yo estaba, la pude ver de cerca y mirarla fijamente, y era más bella de como lucia de lejos, le dije Hola, y justo cuando ella preguntó ¿me quieres?, un maldito gato, emitió el chillido mas ensordecedor que hubiese podido escuchar alguna vez, me despertó abrasando mi almohada y con los ojos perdidos en mi morena que poco a poco se desvanecía…
Esa mañana casi como un dejavú, note que las cosas se me hacían familiares por todos lados, el clima, las aves, la gente que pasaba (quizás la misma de todos los días en el centro de la ciudad), pero extrañamente tenía la sensación que esas caras ya las había visto antes, que esa gente me había gritado “algo” alguna vez y que en la calle los carros pasaban con una extraña velocidad, como con un épico efecto de “rebobinado”. Extrañamente o estúpidamente, no había llegado a la conclusión de que todo eso lo había vivido antes en mi sueño, y caminaba tratando de identificar que ¡ya había estado ahí!, en el mismo lugar y con la misma gente, trate de cruzar la calle al ver a una morena que me irradiaba un son particular, y en medio de la calle, vi que la gente volteaba a verme asustada, ¡por Dios que no sabía lo que pasaba!, era como mi peor pesadilla, dirigí mi mirada buscando una señal de donde me encontraba y ví que era la esquina de “la palmera”, mágicamente mis neuronas se conectaron y una sucesión de imágenes se entrelazaron en mi cerebro, ¡al fin! ¡Eso era!, ¡lo había descubierto!, mi sueño se estaba haciendo realidad… pero que tarde lo descubrí, y ante la mirada perdida y absorta de los presentes, sentí un golpe que me simbro hasta los dientes. Creo que me desmallé por unos minutos, o trataba de recuperar la calma y encontrar lo quedaba de mi cabeza que en ese momento creía perdida y entre las sombras que veía, oía los gritos de la multitud, la música celestial que sonaba a mi alrededor y esa exuberante mujer que corría hacia mis brazos, ¡eso ya lo había vivido!, no había duda, era mi sueño cristalizado, mi caribeña perfecta, mi morena de fuego corriendo hacia mí en efecto de “rebobinado”, no sabía si agradecer al cielo por ese momento o concentrarme en que decirle a esa mujer perfecta que corría a mi auxilio… y súbitamente, quizás por el efecto del golpe, cuando mi mente se reubicaba en esa solida caja que llamamos cabeza, empecé a oír que la música celestial se distorsionaba en el horrendo ruido de las sirenas de una ambulancia, la gente que se formaba a mi alrededor gritaba consignas contra el camionero que casi me mató y en efecto estaba pegado al suelo, no podía moverme y mis oraciones se concentraron en pedirle a los cielos, que mi morenaza sea la misma de mi sueño, y quizás fue el efecto del golpe que me di o que mi mente hizo propios mis deseos en el sueño, que la morenota seguía igual, bellísima como en el sueño, corriendo hacia mí con el efecto aquel y todo. Llego y pensé que algo que me iba a despertar nuevamente, pero ella estaba arrodillada frente a mí, sus risos, su sonrisa, sus curvas todo era perfecto y justo como la había visto en el sueño, tomo mi mano, la vi desesperarse, y como un impulso que salía de lo más profundo de su alma me beso apasionadamente… (o bueno lo que yo creí que fue un beso apasionado) y poco a poco iba como que despertando, reviviendo, alumbrando, cerré los ojos y cuando los volví a abrir, escuche gritos de –necesita más respiración de boca a boca. Y otros que desesperadamente gritaban –alguien sálvelo. Y nuevamente esa bella princesa caribeña me beso, con los ojos entreabiertos pronuncie un extraño –Hola. Y ella me decía -¿me quieres?, ¿me quieres?, ¿me quieres?, ¿me quieres?, ¿me quieres?... y así sucesivamente como un coro angelical, pero creo que mi cerebro al fin regresó a la normalidad y pude ver a doña Candi casi encima de mí, -¿me quieres decir algo Jorge?, ¡dímelo!... me dijo conmovida, y yo solo pensaba en mi morena, mi morena, que de la perfección de aquel sueño solo conservaba su color y yo en un suspiro de descepcion cerré los ojos y rece por regresar a mi sueño...
Quizás fue una de esa clase de sueños donde derrepente al día siguiente todo se hace realidad, pero con mucha distorsión, mi morena resulto ser doña Candi (la ventera de la esquina), una morena de fuego con 50 kilos más que la que vi en mi sueño, con pelo rizado pero más parecido al de una estopa y con un aliento de Kibis y Tamal que fueron quizás y después de todo lo que me regresó a este mundo.
Así es, tuve un sueño que se hizo realidad, un sueño quizá inexplicable para algunos y completamente absurdo para otros, pero eso fue lo que sucedio, porque aveces los sueños pueden hacerce realidad...
CJEP


Hola
ResponderEliminarhace mucho q no se nada de ti
te mando mil besos
muchos apapachos y espero este bien,
EXITO..¡¡¡
Manue
Wow.de.tiempo....
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