Quisiera empezar este pasaje de mi vida, diciendo que: “los siguientes hechos, son ficción y cualquier cosa parecida con la realidad son pura coincidencia”, pero… todo lo siguiente es verdad y no le paso al amigo de un amigo; en fin. Si las grandes farmacéuticas leen esto, lo cual no creo que sea muy probable, estarán ante al descubrimiento más grande contra el estreñimiento…
Era un día común y corriente en mi casa, me levante como siempre suelo hacerlo (mas tarde de lo que calculo), y para variar, ya era tarde para ir al trabajo, así que ante los múltiples reclamos de mi madre, sobre comer algo antes de ir a trabajar y la múltiple propaganda de Bimbo sobre el desayuno te da energía y cosas que inventan los expertos de la nutrición y los alimentos para que comamos más, revisé mi refrigerador, ¡oh... Dioses del Olimpo!, había uno de esos yogurts con lactobacilos o como se llamen, en la nevera… sin dudarlo lo tomé y me lo lleve al carro (el restaurante más barato y rápido en este mundo globalizado), mientras manejaba lo abrí, y entre cambios de velocidad curvas peligrosas y altos logré abrir el famoso yogurt, y procedí a ingerir su contenido… y debo reconocer que al principio me supo bien, no note nada extraño, en especial porque iba esquivando carros, me acababa de cepillar los dientes y tenía la rara suposición de que como ese yogurt era de nopal y no sé qué tanta combinación de plantas y lactobacilos, era común que supiera raro; al segundo trago supe que algo había de raro en ese yogurt y no era el nopal combinado con el apio; al tercer trago y después de sentir una gran cantidad de grumos que reinaban en su consistencia liquida, tomé y afronté la difícil decisión de revisar el frasco y…
¡Caducaba en junio del año pasado!, yo no sé cómo apareció en mi nevera, no sé si alguien quiso jugarme una muy mala broma, o era una especie de designio divino para ese día, pero la realidad que tenía que afrontar, era que estaba ahí con la mitad de ese yogurt grumoso y acedo en mi estomago…
Lo demás es difícil de relatar, quizá tan difícil como relatar aquella explosión del volcán del Kilimanjaro, pero puedo decir que gracias a este sencillo experimento de laboratorio del cual yo fui mi propio conejillo de indias, la ciencia tendrá sus beneficios, claro, si llegan a leer esta nota. Porque les aseguro que si tienen estreñimiento, una simple dosis de yogurt con seis meses de añejamiento, puede hacer milagros con ese intestino perezoso y sin duda dejarte una sonrisa de alivio.
CJEP


jajaja importante informacion cientifica y sobre todo comprobada la que me pasas.
ResponderEliminarun yogurth de seis meses de caduco quita el extreñimiento, y no mata a los humanos, lo tengo que probar como arma contra los zombyz jejeje
Hola Opinion...es, he llegado a tu blog buscando perfiles de Mexico, y ya me suscribo a tu blog para irte leyendo.
XHaludos
n.n
ResponderEliminarC.o
manue